Jesús
en su ministerio como maestro. Enseñaba su doctrina. Él encontró muchos
obstáculos. Primeramente, la gente que se le oponía era de su misma Nación, y
profesaban varias religiones. Para la época de Jesús. Había judíos de religión
fariseos, saduceos, esenios, herodianos y zelotes. En la doctrina anunciada por
Jesús. También existían otras oposiciones. Por parte de la
política religiosa del gobierno del Imperio Romano.
Por
esta razón, se dice en las escrituras, que Jesús es la piedra, donde tropieza
todas las religiones. Es Jesús el centro y el cuestionamiento del mundo en
general. Más allá de la duda y la falta de creencia. Está el temor, al cual se
somete a las personas, en cuestiones religiosas. Respecto a Jesús y su
doctrina.
En
este orden de ideas, existen casos de personas que por temor nunca acuden a un
sistema religioso. Diferente a la crianza de sus padres. Y por horror a negar
su religión. Pero no declaran a el autor de la vida. A Jesús. Esto no
quiere decir, que la verdad no se revela. ¿Pero qué habló Jesús sobre su
doctrina en la escritura?
En
este sentido, en su palabra Jesús, dejó por dicho, y fue
escrita. Su doctrina no era de él. Sino del que lo envió. Es decir; de su
Padre. Juan 7:16. Esta aclaración para las personas que sabían de las
escrituras en su época. Causó mucha
controversia.
Encontramos
en las Sagradas Escrituras, una coordinada doctrina, y se fundamenta en todo lo
escrito por los profetas. Y cumplida en el evangelio de Jesús. Donde Jesús hace
énfasis de todo lo que fue escrito sobre él, y se cumplió.

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