Capítulo 3

 


I. Jesús y su doctrina en la profecía de Isaías 53.

El libro de Isaías fue escrito hace unos 700 años. Antes de la venida del Mesías. Pero habla en resumidas cuentas de toda la obra del Mesías. El Mesías o Ungido de Dios, llamado Jesús. Este libro de Isaías habla de Jesús y su doctrina. La obra que haría en la Tierra Jesús el Mesías. Anunciado en las Sagradas Escrituras. La obra fue escrita y escrita por 4 escritores. Llamada Evangelio. La obra que realizó a causa de su pueblo Israel.

 

Por otro lado, el pueblo de Israel se atribuye la profecía de Isaías 53. Pero está claro que fue escrita para ellos. Pero para mostrarle que a pesar de ellos. Dios cumplió su promesa de redención a su pueblo.

  

Esta profecía de Isaías 53, fue escrita en primera persona. Comienza diciendo: ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se le ha manifestado el brazo de Jehová? Isa 53:1. Y culmina anunciando la gloria del Ungido, el Mesías. Del enviado de Dios. De su Hijo. De Jesús. Isa 53:12.

 

Su anuncio, está relacionado con la comunicación del mensaje Divino a un pueblo escogido. Y la profecía explica lo siguiente:

 

A. El anuncio que se hizo a su pueblo.

1. El mensaje fue comunicado oral y escrito.

a. ¿Quién ha creído a nuestro anuncio?

La profecía de Isaías 53. Contiene preguntas muy interesantes y comprometedoras. Dirigidas a su pueblo Israel. Al respecto se les había anunciado los pormenores de cómo vendría el Ungido, el Mesías. Esta se había revelado a los hombres. A su pueblo Israel. A través de sus profetas.

 

Por esta razón, el profeta Isaías les recuerda este anuncio o mensaje, haciendo estas preguntas. En otras palabras: ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se le ha manifestado la voluntad del Padre? Isa 53:1.

 

Con referencia a esta pregunta: ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? Realizada en la profecía de Isaías. Isa 53:1. Nos habla el salmista que Jacob no había creído a Dios, ni confiado en su salvación. Sal 78:21-22. En el Salmo el salmista habla de Jacob, refiriéndose a él como pueblo de Israel, escogido por Dios. Porque Dios escoge a Jacob y lo llama Israel. Y Jacob es padre de doce hijos. Y son llamados las 12 tribus de Israel.

 

En tal sentido, de los doce hijos de Israel. Dios escoge a la tribu de Judá. Para enseñar y anunciarle a la humanidad. De ellos, de Judá, en su descendencia nacería su simiente Santa. El Mesías. Igual escoge a Belén en Jerusalén, como la Ciudad Santa donde nacería el Mesías o Ungido de Dios. Sal 78:68.

 

En ese momento cuando se escribe el Salmo, era la época de los reyes. Los de Israel habían rechazado el plan de salvación y tentaron a Dios, al igual que en el desierto. También lo hicieron cuando envió a gobernarlos a través de los jueces.

 

Por su parte, el pueblo de Israel se atribuye esta profecía. Y este anuncio era para ellos. Porque años más tarde a esta profecía, sucede el exilio. Pero Dios Eterno le indica a Israel: que ellos no anunciaron una redención para ellos. Quien la anuncia es Dios. Desde un principio. Porque fue Dios que hizo pacto con Israel en el desierto. No Israel con Dios. Ni ellos enviaron al Mesías prometido. Para su redención. Fue el Gran Yo Soy. Que se los envío.  Ellos debían creer y esperar en esta promesa. Pero Israel no había creído en este plan de salvación, que Dios le había trazado. Y a través del profeta les pregunta: ¿Quién había creído a su anuncio? A su anuncio de salvación a Israel.

 

b. ¿Quién creía el mensaje cuando vino el Mesías?

Jesús y su doctrina, reprocha la incredulidad de su pueblo Israel y Judá. Respecto a lo anunciado por los profetas. Escrito en el evangelio de Lucas. Luc 24:25. Y en el evangelio de Juan. Juan escribe y dice en el capítulo 12:37-38. A pesar de que Jesús hizo muchas señales delante de ellos, no creían en Jesús. Y se cumplió lo que dijo el profeta Isaías.

 

Por otra parte, el apóstol Pablo, judío y ciudadano romano, habla sobre el asunto diciéndoles: que no todos obedecieron al anuncio del evangelio. Y el mismo apóstol Pablo fue convencido por el mismo Señor Jesús. Para que creyera en él. Cuando apareció en Damasco. Romanos 10:16. Hechos 9.

 

El evangelista Juan llegó a la conclusión, de que los hombres aman más la gloria de los hombres, que la gloria de Dios. Juan 12:43. Todo lo escrito del Mesías en su venida a la tierra, a la ciudad de Jerusalén, en las Sagradas Escrituras se cumplió. Cuando el Hijo de Dios vino. Jesús el Mesías. Pero todo el pueblo de la época no lo creyó y no lo comprendió. Juan 12:16.

        

c. ¿Y sobre quién se le ha manifestado el brazo de Jehová?

El mensaje de su venida había sido profetizado, y anunciado.  ¿Pero a quien se le reveló o iluminó? Es decir; ¿quién creyó en su salvación? Tan cierto es, les fue revelado a Simeón y Ana. Cuando ellos fueron al templo. Y vieron a Jesús en brazos de María. ¿Y para quién era el mensaje? Para Israel y Judá. La revelación del mensaje anunciado a los patriarcas, sacerdotes, jueces, gobernadores, reyes y profetas. ¡No lo creyeron!

 

En tal sentido, el brazo poderoso. Fue su brazo de gloria. Los guíos por su diestra. Al pueblo de Israel. En muchas ocasiones. Está narrado en el libro de Éxodo, y se escribe en casi todos los libros del Antiguo Testamento. Cuando el pueblo huía del Faraón. Los condujo por un camino que ellos no conocían. Y se dividió el mar. Para ellos poder pasar al otro lado, y librarlos del Faraón.

 

Pero ellos no creyeron cuando se manifestó a Israel, en el poder de su Espíritu Santo. Juan 12:38. El profeta Isaías les pregunta a Israel, ¿Cuántas veces salvó el brazo fuerte de Dios Eterno a Israel? Muchas veces. Isaías 63:12. Su brazo poderoso, se refiere a la acción para ejecutar su voluntad. La voluntad del Padre Eterno. El Brazo de Dios se manifestó a Israel y no le creyeron. Ante todas las naciones él siempre los libró de sus enemigos y no creyeron. Deuteronomio 33:27.

 

En todo caso, sabiendo el pueblo de Israel, que con su brazo los redimió. Según está escrito en los Salmos. Sal 77:15. Israel no le creyó. También se escribe en los Salmos: Tuyo es el brazo potente. Fuerte tu mano. Exaltada tu diestra. Sal 89:13. Refiriéndose a la manifestación de su brazo, su diestra. Revelada a su pueblo. Para que creyeran en él. El Mesías, el Ungido de Dios. Su diestra. Enviado a Israel por voluntad de Dios. Él es la manifestación de su voluntad.

  

d. Jesús manifestó su voluntad.

Según el profeta Malaquías nos dice: Para ser manifestado a Israel su Mesías. Mal 3:1. Enviaría a su mensajero, delante de él, es decir; a Juan el Bautista.

 

En este sentido el evangelista Juan, refiriéndose a Juan el Bautista. Escribió las palabras de Juan el Bautista cuando dijo: que él no lo conocía. Era por esto que él bautizaba con agua. Porque Dios le indicó a Juan. Cuando Juan viera al Espíritu Santo posarse sobre él. Sería aquel que bautizaría con Espíritu. Refiriéndose a Jesús y su manifestación a Israel. Juan 1:33. Y Jesús dijo a su Padre: He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me distes. Juan 17:6.

 

El apóstol Pablo refiere, la manifestación de la justicia de Dios. Que fue testificada por la ley y los profetas. Romanos 3:21. Y ahora es manifestado a toda la gente. Para que obedezcan a la fe en Jesús. Romanos 16:26. Este misterio oculto ha sido manifestado a sus santos. La manifestación de Cristo, que vino a traernos la vida. Porque él es la vida. Aunque ahora no vemos esa vida. La veremos cuando venga en su Gloria. Colosenses 1:26; 3:4.

 

Continúa diciendo, el apóstol Pablo: Esta manifestación de Dios de su voluntad. Dios la manifiesta a los Apóstoles. La manifestación de haber venido en carne. Justificado en el Espíritu. Visto por los Ángeles. Predicado a los gentiles y creído en el mundo. Y recibido arriba en gloria. 1 Timoteo 3:16. La gracia de Dios se manifestó para salvación a todos los hombres. Tito 2:11. Manifestó el camino al lugar Santísimo. Rasgando el velo de su carne. Heb 10:20. Y rociándonos con su sangre. Para llevarnos al lugar Santísimo. Escribe el apóstol Pablo. Según describe el evangelio de Mateo. Mat 27:51. Es a través de Cristo, Jesús el Mesías, que llegamos al lugar santísimo, ¡no hay otro camino! Hebreos 9:3,8. 

 

Porque para llegar al lugar Santísimo, había una separación de un velo en el Tabernáculo. En este caso el Templo. Y estaba el arca del pacto. Y el arca del pacto era rociada, con la sangre de un cordero sobre el propiciatorio. Cada año por el sumo sacerdote. Para la remisión del pecado del pueblo y de los sacerdotes.

 

En este sentido, cuando muere Cristo, el velo del Templo se rasga en dos. El templo que habían construido los romanos. Dando a entender así. Que ya el lugar Santísimo. Estaba purificado eternamente y para siempre. Con la sangre del sacrificio del cordero. Jesús el Mesías. Jesús el Cristo. Jesucristo. Y su sacrificio en su cuerpo, abrió la puerta para entrar al lugar santísimo. Heb 9:12. Esta vez por el cordero que quita el pecado del mundo, Jesús el Mesías. Como se indicó en el evangelio de Juan. Juan 1:29.

        

B. El Eterno Dios vino, se hizo presente.

1. Su brazo Eterno.     

a. Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca. Isa 53:2.

En este aspecto, al mencionar la profecía de Isaías un renuevo. Cobra importancia la profecía del profeta Jeremías y toda la profecía del profeta Ezequiel. Pero lo más importante fue que Dios le dice a Israel: que su juicio, fue por menospreciar al cetro de su Hijo. Ez 21:10. Al igual que Jesús mismo le dijo a Israel, morirán en sus pecados si no creen en mí. En este aspecto, después de haber dado muerte a Gedalías. El cual colocó al rey de Babilonia en Jerusalén, después del exilio. Dios le dio esta profecía a Ezequiel, sobre el renuevo. Ez 17:22-24.

 

Porque para ese tiempo, del último rey de Judá. Dios había hecho juicio al rey de Judá Sedequías. Y luego Babilonia coloca a Gedalías como rey de Judá. Y lo matan. 2 Re 25:21. Pero a través del profeta Ezequiel les dice: cómo pueden invalidar su pacto, acusando a la descendencia de David de hacerlo. Eze 17:12-22. Y Ezequiel en ese preciso momento, profetiza sobre el renuevo. Ez 17:22-24.

 

De igual forma profetiza Jeremías. En la profecía de Jeremías 23:5-6. Les dice: Dios levantará un renuevo Justo. Refiriéndose al Mesías. Llamará su nombre Jehová Justicia Nuestra. Y Dios le dice: qué dirán vive Jehová, que trajo su descendencia de las naciones que los hizo ir. Jer 23:8. También en este tiempo, escribe el profeta Isaías. Y si quedara aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida. Pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente Santa. Isaías 6:13.

 

En tal razón, explicando lo antes mencionado de la profecía. Se refiere a la promesa del advenimiento del Mesías. Esta promesa ellos, Israel y Judá, la habían frustrado. Por causas políticas, económicas y sociales, internas e internas del reino. También podemos decir; que por desconocimiento de su palabra. Y por Israel trazar sus propios planes. Sin tomar en cuenta los planes de Dios. Podemos decir; que Dios elige a David para ser rey, y tuvo conflicto con el rey que había puesto el pueblo, a Saúl. Y la sucesión del reinado de la dinastía del rey David. Siguió teniendo conflicto después de los sucesores de la generación del rey Salomón.

 

En este sentido, los conflictos se agudizaron y tuvieron guerras entre sí. Y Dios tuvo que castigar muchas veces a su pueblo. Hasta el punto de deportarlo y llevarlo en cautiverio a Babilonia. Fue quemada toda Jerusalén, a sus príncipes y a los grandes dieron muerte. Pero para Dios poder dejar un remanente de los hijos de Israel y Judá. Los lleva en cautiverio. Para que no fuesen destruidos en totalidad. Es por esto que el profeta nos dice; que el reinado del Mesías vendrá como un renuevo, como si fuera una raíz en tierra seca.

 

En esta razón, la evidencia de su poder manifiesta; de la simiente como raíz en tierra seca, nace el Mesías. Esta raíz o simiente, había sido apagada, no cultivada, y secada su tierra. Y la raíz de su descendencia ya estaba sin vigor, sin fuerza, como para dar un brote. El Mesías nace en esta sequedad y brota su retoño de la raíz de Isaí. Porque después del destierro continuaron las guerras. Y en Zacarías 3:8, nos indica que Dios traerá a su siervo, el cual es el renuevo. La simiente prometida. El Mesías.

 

Por todo lo antes mencionado, se puede comprender la comparación de la raíz y su brote de hojas. Porque para poder crecer un árbol.  Tienen que brotar las hojas. Y la descendencia del Mesías cortada como una raíz. Porque los hijos príncipes de Israel, yacían muertos, mutilados, quemados, eunucos y dados en la ley del levirato. Esta raíz de la descendencia, tenía que brotar. Es decir; nacer.

 

Sin embargo, la esperanza del nacimiento del Mesías había cesado. No tenían esperanza. Por esto Dios les habla del renuevo. De esta raíz de Isaí. Padre del rey David. Según la promesa que le había dado Dios, que de su descendencia nacería el que regirá a Israel. 

 

b. No hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos.

Los reyes de Israel y de Judá se caracterizaban: Porque su aspecto, era de hermoso parecer. Y de un poderío económico, político y social. Israel y Judá, esperaban a un Mesías que los librase de la esclavitud del imperio romano. Estaban acostumbrados a las batallas, a las guerras. Así conquistaron Naciones y Países. Pero el Mesías que se les presentó fue muy pacificó.  No tenía nada que ver con guerras, ni gobierno, ni reinado. Tuvo que ver con enseñar el derecho de su verdad.

 

En este aspecto, en el entorno donde creció Jesús era pobre. Las clases sociales judías venían de una devastación imperial. Eran esclavos muchos de ellos, empleados de los romanos, agricultores y pescadores. Sus recursos eran de la agricultura y del campo. Si Jesús hubiese venido después de Salomón. En un estado de satisfacción económica, política y social. Con un ejército y muchas ciudades amuralladas. Así era lo que esperaba Israel y Judá del Mesías.

 

En este sentido, ese era el Jesús que esperaba la gente judía. Pero qué poder económico podría tener Israel. Les indica Dios. Si por la lucha y el deseo de poder después de los sucesores del rey Salomón. Israel resultó destruida. Y completamente exiliada después de 380 años aproximadamente. Y su reino en el reinado del rey Roboam fue dividido. En Judá e Israel. Cuando el rey Roboam, consideró colocarles escudo de bronce a su ejército. Porque el rey de Egipto se llevó los de oro, que había construido Salomón. 1 Rey 14:27.

 

En lo sucesivo, en los reinados de Judá e Israel, ni siquiera permitían que los herederos gobernaran. Eran dados a muerte. Muertos antes de su tiempo. Como en el caso de Atalía.  Que mató a todos los descendientes de Josafat, después que muere su hijo Ocozías. Para quedarse con el poder del reino.

 

En todo caso, el parecer humano de Jesús no concordaba con sus expectativas. Pero ellos se habían mezclados con otros pueblos. Sus rasgos genéticos que lo caracterizaban. Ellos al estar mezclados con otros pueblos, lo habían cambiado. Mucho menos el hecho de la posición económica de Jesús. Podría ser igual. Y Dios Eterno les dice: Pero qué poder económico le podía ofrecer Jesús. Si el reino de Israel y Judá estaban destruidos económicamente. Porque ellos habían destruido la gloria económica de Israel y Judá.

 

En este aspecto, Dios Eterno les sigue diciendo: Al Gran Yo Soy. Que apareció a Moisés entre la zarza. Para libertad a un pueblo de la esclavitud de Faraón, no le creyeron. Igual en la época de Jesús, no le creyeron. Tuvo más credibilidad para ellos Salomón que Jesús. Salomón representaba el poderío real. Y Jesús les dice: Aquí está ante ustedes uno mayor que Salomón, y no lo comprendieron.

 

Porque explica Jesús. La reina Saba viajó de lejanas tierras para ver la sabiduría de Salomón, dada por Dios. Y a Jesús no le creen, cuando presenta la verdadera imagen de Dios. No hay imagen para ellos precisa. Cuando ellos han manipulado todo. No consultando a Dios. Para elegir a un rey.

 

En tal sentido, destruyeron todo lo conquistado por David. Igual acabaron con la gloria del reino de Salomón. Hicieron todo lo que Dios les dijo que no hicieran. Lo malo, resume el cronista. Por esto Dios los envía al exilio Asirio. Luego a Egipto y al Babilónico. Fueron luego dominados por el Imperio Persa y Medos. Luego los de Grecia. En lo sucesivo, los reinos de las subsiguientes épocas, siguieron subyugando a Israel y Judá. Terminando Israel y Judá en poder del Imperio Romano. Para esta época se llaman judíos, desde el exilio.

 

Por esta razón, en la genealogía de Jesús no fueron incluidos unos 8 reyes de Judá. Y ninguno de los de Israel. Por causa de no haber cumplido con lo establecido por Dios. Israel y Judá. Llamados ahora judíos, rompieron el pacto que Dios hizo con ellos en el desierto.

 

En tal sentido, porque Israel y Judá, se fueron tras los ídolos, mataron a sus príncipes y no cuidaron su descendencia en el linaje del rey David. Ya que se mezclaron con otros pueblos, donde fueron en el exilio. Su descendencia perdió las características genéticas de su linaje humano. Por esto la profecía dice: No hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. 

 

C. El Nombre que es sobre todo nombre.

1. Su Nombre Admirable.

Isa 53:3 Despreciado y desechado entre los hombres. Varón de dolores, experimentado en quebranto. Y como que escondimos de él, el rostro. Fue menospreciado. Y no lo estimamos. Despreciado y desechado entre los hombres. Escribe el profeta Isaías 53:3. En comparación al profeta Oseas 9:17.

 

En este sentido, los judíos tienen inconvenientes en aceptar la genealogía de Mateo. Desprecian a Jesús como el Mesías, así como desprecian los mandamientos de Dios y desecharon a sus Jueces, pidiendo rey. No se sometieron a nada de lo que Dios le ordenó. Y por eso Dios desechó a Israel en la descendencia del Mesías. 

 

En este orden, a Israel no le importó la descendencia real, de la cual procedería el Mesías. Fue más grande para ellos las ansias del poder, y era lo que querían. En la lectura de los escritos de los Reyes, las Crónicas y los profetas. Podremos comprender mejor el desprecio que hicieron a nuestro Mesías Jesús.

 

Cuando Isaías dice que fue despreciado, se está refiriendo al desprecio que había hecho su pueblo, de los planes que Dios tenía de redención. Desde el comienzo se vio el desprecio. Desde su partida de Egipto, al entrar en la tierra prometida. Hubo una murmuración constante.

 

Cabe destacar, que todo el pueblo no creyó y murmuró contra el plan de Dios con los Israelitas. Diciendo: que los llevó al desierto a pasar hambre, que no tenían agua. Y pensaban en los privilegios que tenían en Egipto. Se olvidaron de la esclavitud, de su llanto por liberación. Del clamor hecho ante Dios. Y luego de ser liberados de Egipto. Se olvidaron de las maravillas de ser guiados por un camino desconocido para ellos. Pero que los libraría de la persecución del Faraón. Pronto se olvidaron para empezar a protestar y a dudar del plan de Dios con su pueblo.

 

En fin, les dice Dios Eterno: ¿Quién creyó en el anuncio? En el Imperio Romano. Cuando se cumplió la bendición profética de Noé. Cuando fue engrandecido Jafet. Moraba y gobernaba en las tierras de Sem. Y Cam era su siervo. Tal como indicó Noé profética, bendiciendo a sus hijos. Diciéndoles: engrandezca Dios a Jafet. Habite en la tierra de Sem. Y sea Cam su siervo. Así sucedió en este preciso momento, cuando nace el Mesías prometido. Por no creer en mí, dice el Señor.

 

Por su parte, Sem son los habitantes de Jerusalén. Sem vino a estar gobernada por Roma. Sem habitaba en Canaán. En Canaán estaba Jerusalén. Porque Dios le entregó a Sem a Canaán. Para que habitará en ella. Porque Dios se lo había prometido a Abraham. Pero Sem después de poseer la tierra de Canaán. Se mezcló con los habitantes que quedaron en ella. Los que no fueron conquistados por los Israelitas.

 

En tal sentido, cuando llega el cumplimiento del tiempo y nace el Mesías. Roma imperaba y gobernaba en Jerusalén. Jerusalén donde habitaban judíos. Descendientes de Sem. Este pueblo de Dios. Llamado Israel. Se había dividido en dos, en época de los reyes. Llamado Israel y Judá. Pero se volvió a unir después del exilio. Desde entonces llamado pueblo judío.

 

En este sentido, los descendientes de Sem. Habitaban en Jerusalén, cuando los romanos conquistaron Jerusalén. E imperó roma, es decir; Jafet. Siendo todo el territorio europeo actualmente. Y Sem eran los judíos que habitaban en Jerusalén. Y Cam era los pueblos subyugados por roma, en los alrededores de Jerusalén. Todo estaba siendo dominado por el Imperio Romano. Y el gobierno de los romanos fue establecido en Jerusalén.

 

De igual forma Israel, así les indica el Señor: tal como en el desierto, Israel no creyó lo que Dios iba a ser en el futuro. Cuando llegó el cumplimiento del tiempo y envió al Mesías. Precisamente como indican las profecías. Todo se cumplió. Y no le creyeron. ¿Cómo hubiese sido todo si le hubiesen creído a Dios? Despreciaron el plan de Dios en el desierto. Cuando les mostraba el tabernáculo. Que era una figura de lo que tenía que venir. Que era la representación del Mesías Príncipe. El Tabernáculo de Dios entre los hombres.

 

Por esta razón, Dios no les dejó ver la tierra prometida a los israelitas que no creyeron. Y todos murieron en el desierto. Como testimonio a los que dudan de sus planes. De lo que Dios tiene previsto y lo que ha prometido en su palabra. Lo cumplió y cumplirá. Él lo dijo y él lo hará. Así lo advierte el apóstol, ¿quiénes fueron los que no reposan de sus obras y gozaron de lo prometido? Los que dudaron. Así sucederá a todos los que dudan de la salvación de su Hijo Jesús. Él les manda a creer solamente. Cree solamente y será salvo.

 

De hecho, es una cosa difícil de creer. Pero no les parece dice Dios Eterno: que fue difícil soportar a un pueblo por el desierto. Que no creía lo que iba yo hacer. De darles una tierra que ellos no siembran y unas casas que no construyeron. Y se las di, poseyeron la tierra prometida. Pero al poseerlas ¿qué pasó? Tampoco hicieron como les dije, dejaron pueblos, y fue su ayo. Porque ellos mismos fueron su perdición y corrupción. Llegaron a ser peor que Sodoma y Gomorra. Y su pecado mayor que el de ellos.

 

Luego como iban a creer, si se iban tras los ídolos obra de sus manos, tras lo que veía sus ojos. Porque les di jueces, y siempre se desviaba de su camino. Nunca escucharon a mis profetas, ni mucho menos a mis jueces. Condenaban las generaciones de mis profetas y de mis jueces. Los criticaban y los mataban. Me enojé otra vez con ellos, hasta que desecharon mi gobierno a través de jueces. Y pidieron reyes. Le di reyes. Reyes que también desecharon y mataron. Se emparentaron con pueblos extranjeros. Entre ellos también se mezclaron. Y todos pueden criticar el linaje puro de mi pueblo, que no ha sido puro. Porque no me obedecieron.

 

Continúe con mi plan, y de su linaje todo ligado, con sangre extranjera, es mi linaje real, de David a Jesús. Ahora pretende Israel sacar de su descendencia a el salvador del mundo. Y como todos también pueden criticar, ¿de qué descendencia? Será las que ellos realizan con los semitas y todas las organizaciones fundadas por ellos. De esta, saldrá el anticristo, de un linaje de muertos y de un linaje que mezclaron con todos los pueblos. Y dirán que es puro del linaje de David. Y se lo creerán. Y no creyeron en mí. Cuando estuve con ellos.

 

Ahora bien, Dios Eterno les sigue diciendo: Cumplí con la promesa, les envié al salvador. Pero: Les envié el salvador que había planificado. ¡No mi pueblo Israel! Establecí un plan de salvación. No fueron ellos los que planificaron una salvación. El pueblo judío. No estableció un plan con David, ni su descendencia. Fue El Gran Yo Soy, que lo estableció. El pueblo judío no tiene el derecho de presentar ninguna genealogía. Pero así les dice el Señor. Es mi genealogía verdadera. Y esa es la que tienen que respetar. La que está en el evangelio de Mateo y la de Lucas. De esas dos unidas está el linaje del Mesías príncipe.

 

Por esta razón, les dice a través del profeta Isaías: Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto. Y como que escondimos de él el rostro. Fue menospreciado, y no lo estimamos. Despreciaron el plan de Dios que tenían desde el principio. No estimaron todo lo que él estaba haciendo. Su tabernáculo fue hecho y fue visto. Por la vista de todos ellos. Todos lo miraron, fue el modelo entregado de cómo funciona en el cielo. Cómo es mi gobierno en la tierra y cómo será. Es un modelo que le mostré del tabernáculo y ellos lo tuvieron.

 

La explicación profética, es la siguiente: Despreciaron el modelo de mi tabernáculo y la forma como juzgaba a mi pueblo a través de jueces. Le di reyes, y también despreciaron su linaje, matándolos a todos. Así como mataron a los jueces. Les envié profetas y también los mataron. No estimaron nada de lo que hice. Escondieron el rostro, de él. Quién iba a imaginarse que nacería el Mesías. De este linaje destruido. Para que en la actualidad pretendan tener una descendencia mesiánica.

 

Es importante destacar, el sufrimiento experimentado desde los comienzos. Con el comportamiento de mi pueblo. Todo fue un experimento de quebranto por la humanidad. Comparado al quebranto de un Dios por su pueblo. El azote por los pecados, es comparado con todo lo que sufrió mi brazo poderoso por venir. Su copa de su sufrimiento en el Getsemaní. Fue la copa que venía cumpliéndose. Vería a su pueblo negarlo una vez más. Despreciarlo una vez más. Menospreciarlo una vez más.

 

Humanamente es imposible explicar todo esto, solo Dios podría explicarlo. Pero porque se han negado y han sumergido a una humanidad en ignorancia. Es el mismo motivo de siempre de menospreciar el plan de Dios y establecer humanamente sus planes.

 

Por tal razón, la descendencia del Mesías, fue fracturada muchas veces en los jueces. En los reyes primero, en el rey Abías. Luego en el rey Josafat. Luego en Ocozías. Luego en Josías. Finalmente, en Sedequías y Gedalías.

 

Luego Dios inviste a otros reyes que lo gobernaran. Dice que el rey de Babilonia es su siervo y hará todo lo que le pida. Y él cumplirá sus propósitos. Observamos en las escrituras proféticas. A un Rey de Persia dominando Babilonia. Porque tampoco Babilonia se alineó al plan de Dios. Fue donde sus siervos fueron eunucos. Tristemente la genealogía fue fracturada nuevamente. Luego levanta al rey de Persia y domina el mundo entero. Y se estima una nueva esperanza con la tribu de Benjamín, a través de Mardoqueo y Ester.

 

En este sentido, continúa diciéndoles Dios: constituí imperios más poderosos, y subyugué nuevamente a Egipto. A quienes mi pueblo Israel y Judá querían servir. Le levanté a Babilonia, luego los medos y los persas. Por último, el Imperio Romano. Y actué secretamente, no les di más profetas, que les hablaran. Hasta que vino el Mesías príncipe. Por eso se observa este periodo de silencio. Desde el final del imperio Medo persa hasta la concepción del Mesías.

 

Por tal motivo Jesús el Mesías, tuvo que padecer, pasar por sufrimientos y heridas. Y ser desechado entre los hombres. Y los principales de su pueblo Israel y Judá. Por ellos no haberse sometido a su pacto. Y haber incumplido sus leyes, mandamientos y preceptos. Merecían un juicio, una pena y un castigo. Por este motivo, de la culpa cometida del pueblo de Israel y Judá. El Hijo del Hombre, la diestra de Dios hecho hombre, padeció. Para llevar en su carne, el castigo que ellos merecían.

 

Por las razones expuestas, de haberse sometido a la voluntad de Dios, y llevar en su cuerpo. Los padecimientos de su pueblo. Por invalidar su pacto hecho con ellos. Jesús se sometió al más cruel padecimiento y sufrimiento. Siendo Dios, en un cuerpo humano. Para llevar en su cuerpo toda la culpa de su pueblo. Por eso su nombre es Admirable. Y es un nombre sobre todo Nombre. El cual refleja su carácter, su autoridad y poder. Respecto a todo lo creado, en el cielo y en la tierra. Según nos indica el profeta Isaías. Isa 9:6.

 

D. El Hombre que cambio la historia del mundo.

1. Su palabra hecha carne.

El profeta Isaías, continúa en la profecía habla sobre: él ciertamente llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Refiriéndose al Mesías en su humanidad o como hombre. Y nosotros le tuvimos por azotado. Por herido de Dios y abatido. Refiriéndose a Israel y los judíos. Isa 53:4.

 

Pero el pueblo de Israel creía, que cuando viniera el Mesías. Vendría un Mesías poderoso. Que los libertará de los imperios. Y en esta época de su venida, reinaba el Imperio Romano.

 

En este aspecto, Dios Eterno, les sigue preguntando y hablando: ¿Qué hicieron ellos con la gloria del reino de David? Y cuando engrandeció a Salomón, con respecto a todos los pueblos. Destruyeron el reino. También los altares y el templo, se lo entregaron a los ídolos paganos. Israel destruyó el reino de David, y de Salomón. Y toda su gloria y riqueza pereció en manos de los pueblos que lo subyugaron, después del rey Roboam sucesor del rey Salomón. 

 

Por eso, a través de los profetas les dice Dios: los entregó a lloro y lamento. Como el estiércol era su estado, desprovistos de alimentos, y enfermo. Así encontró su Hijo, a un pueblo que le había dado toda gloria. El pueblo de Israel gozó de gloria y poder, en el reinado del rey David. Siendo ampliado el reino y subyugando los pueblos, con mayor gloria. En el reinado de Salomón, sucesor del rey David.

 

En este aspecto mencionado, la profecía explica: Él llevó las enfermedades que le produjo su pecado, el de Israel. Por el abandono de las leyes, de los mandamientos y de los preceptos. En los profetas habla su hacedor y Dios, reprochando la actitud de Israel. Diciéndoles: que le dieron sus dioses, que me menospreciaron a mí. Sus dioses que ellos decían que les daba todo y estaban contentos ¿Que le dieron? Por esto sometieron a sus descendientes al más terrible lamento. 

 

En este estado, encontró el Hijo de Dios a un pueblo enfermo. Él tuvo que seguir sufriendo sus dolores. Luego con todo esto lo azotaron, lo hirieron y lo abatieron. Lo mismo que pensaban ustedes pueblo de Israel y Judá, que Dios le daba padecimiento. Cuando fueron traídos en cautiverio a Babilonia. Luego en el gobierno Imperial Persa. Porque no entendían. Así mismo Jesús sufrió todas estas penalidades. Por causa de ustedes.

 

En estos aspectos mencionados, el evangelista Juan describe a Jesús, el Hijo de Dios como la palabra hecha carne. Porque toda la palabra escrita del Eterno Dios se cumplió. Cuando vino el Mesías a Jerusalén. Juan 1:14.

 

E. El juicio que se hizo al Hijo de Dios.

1. El Juicio a Jesús. 

El profeta Isaías escribe en la profecía. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Isa 53:5. En este aspecto, en las Escrituras siempre se habla de los juicios de Dios. Los profetas anunciaron y comunicaron siempre los juicios de Dios. Por esto el pueblo de Dios pasó por juicio, unos siendo inocente, otros siendo culpables por desobedecer las leyes y mandamientos de Dios. Pero estos juicios son terrenales. El juicio, al que se refiere el profeta Isaías. Es el juicio de castigo. El juicio por romper el pacto que Dios hizo con su pueblo Israel en el desierto.

 

Por este mismo motivo. El Mesías, Jesús, pasó por cárcel y por juicio. Por las rebeliones de su pueblo. Por el juicio de la ley. Por el incumplimiento de su pueblo del pacto hecho con ellos. Por la razón ya mencionada. El profeta describe proféticamente el motivo del sufrimiento del Mesías. Profetizado en Isaías 53:5. Mas él fue herido por nuestras rebeliones. Molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él. Y por su llaga fuimos nosotros curados. Este sufrimiento que tuvo que padecer Jesús por todo su pueblo. Es el mismo dolor que pasó el pueblo de Israel y Judá por no comprender a su Dios. Que lo sacó con su brazo poderoso de Egipto.

 

Por tal motivo, el herido fue el Hijo de Dios. Por las rebeliones de Israel. Por sus pecados fue destruida su carne. Y todo el castigo de la paz que no tenían con Dios, fue sobre él. Porque Dios se había airado contra su pueblo. Porque habían roto su pacto. Muchas veces. Por esto, Jesús pasa por el Juicio. El juicio que los condenaba a muerte eterna. Así Jesús fue condenado a muerte. Y todo lo que no sanaba la llaga enferma por no obedecer. Lo sana Jesús en su cuerpo. Todo el dolor sufrido en todos estos años lo llevó Jesús. Y él nos curó el cuerpo. El alma y el corazón. Jesús curó el cuerpo enfermo por causa de la desobediencia. Al librarnos de la muerte eterna.

 

Ahora podemos comprender todo su sufrimiento. No era un Mesías sufrido el que esperaba Israel y Judá. Sino el Mesías glorioso. El que trajera paz y felicidad. Y les dice el Eterno Dios. Pero qué paz y felicidad si tu pecado era una llaga podrida. ¡Oh Pueblo de Israel! ¡Si lo que quería, era que mi gloria se manifestará en ti!  ¡Y fuiste un desecho de la gloria del Dios Altísimo! Por esto la humanidad meneo su cabeza. Pero ¡Era ese mi propósito que sufrieran!, ¡o que sufriera mi Hijo! Te digo: ¡Eso fue lo que tu escogiste pueblo de Israel y Judá! Los profetas así lo anunciaron.

 

En todo esto ya mencionado, los profetas les explicaron hablándoles de mi parte siempre. Ahora les dice Dios. Mi propósito no era el sufrimiento. Fue el que escogió mi pueblo por desecharme. Me desecharon a mí. Por eso los deseche a todos ellos. ¡Y solo es mi pueblo! todo aquel que cree en mi Hijo. De igual manera con su publicidad del ¡Pueblo escogido! han menospreciado a mi pueblo ¡que sí creen en mí! y lo tienen como indigno y los matan por creer en mí. Pero ustedes deben creer en mí. Pueblo de Israel y Judá. Para ser librados del juicio.

 

F. La Gracia eterna de Dios.

1. Incumplimiento del Pacto.

La profecía de Isaías 53:6. Continúa diciendo: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas. Cada cual se apartó por su camino. Pero el Padre Eterno. Dios Eterno. Jehová como es mencionado en algunas traducciones. Cargó en él. En su Hijo. El pecado de todos nosotros. Nosotros se refiere al pueblo de Israel.

 

Por consiguiente, ellos se apartaron del camino antes y después del Mesías. Escogieron otros caminos. Pero no el camino a la vida eterna. No el camino del Hijo. Pues lo despreciaron. Y Jehová cargó en Jesús el pecado de todos ellos. Puesto que cumplió con sus planes. Aunque ellos se desviaron y lo incumplieron.

 

Pero él fue fiel a sus planes y propósitos. Y les envió la promesa del salvador. A pesar de que su pueblo no cumplió con su pacto. Por esta razón, fue su gracia quien los salvó. Porque un pacto se rompe cuando una de las partes lo incumple. En tal caso Dios, si cumplió con su parte del pacto. Y les dio su gracia para poder consolidar, consumar su obra. Pagar en su totalidad la deuda de Israel con Dios. A través del sacrificio de su Hijo.

   

En el contexto de Isaías 53:5, en Isaías 52:3.  Nos dice el profeta: Porque así dice Jehová: De balde fuiste vendido. Por tanto, sin dinero serás rescatado. Refiriéndose a la gracia de Dios para con su pueblo Israel y el mundo. Puesto que rescato a muchos. Y muchos han creído en él. Y a pesar de su pueblo incumplir su pacto. Su gracia nos redimió.

 

G. La justicia de Dios en Jesús.

1. La justicia de Dios a los hombres.

 Dios tenía que hacer justicia a los hombres que había creado. Por eso envió a su diestra. A su Hijo, como hombre. Y fue llamado el Hijo de Hombre. Y el profeta Isaías nos habla de la humanidad del Mesías. Para venir a hacer la justicia de Dios. En lo siguiente: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja delante de sus trasquiladores. Enmudeció y no abrió su boca. Isa 53:7.

 

Explicando la profecía de Isaías del Mesías. Jesús nos indica y explica: ¿Qué hablar? ante un pueblo totalmente de espalda a él, sin entendimiento. Manejados por ciegos, y guías de ciegos. Como ovejas que van mansa. Cuando la van a trasquilar o a recortar su pelaje. Para ser degollada para la matanza. Para ser entregada por el pecado y ser sacrificada. Al igual que iba el corderito, así fue Cristo.

 

Por su parte, las ovejas se habían utilizado para realizar el sacrificio por el pecado. Era un modelo de cómo sería el Mesías. Era el cordero pascual, de la ley de expiación por el pecado. De igual forma resultó ser Cristo. La oveja que los trasquiladores llevaban. Para ser degollada en sacrificio. No decía nada, ni abrió su boca. Cual oveja al matadero fue Jesús. La posición de Jesús frente a sus adversarios, frente al pecado. Fue sumisión total, indefenso totalmente.

 

Por tal motivo, él llevó la justicia de su Padre, en su cuerpo. Para poder justificar al hombre ante el Padre. Jesús nos justificó. Llevando todo el pecado de su pueblo en su cuerpo. Él recibió todo el juicio, la culpa, la pena, y la condena. Siendo sentenciado a muerte, siendo inocente.

 

La profecía nos indica, según Isaías 53:8. Que él pasó por un Juicio. En este juicio recibe heridas. Por la rebelión de su pueblo. Y es condenado a muerte. La profecía dice: Por cárcel y por juicio fue quitado. Y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes. Y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Así como fueron puestos sus príncipes, nadie contó la generación de Daniel y sus compañeros príncipes. Así mismo fue la historia de Jesús. Fue por juicio y por cárceles como sus príncipes en Babilonia. Y en Persia, con Ciro, en la historia de Mardoqueo y Esther.

 

En tal sentido, el juicio de Dios, fue sobre su Hijo. Para hacer la justicia de Dios, a través del juicio hecho a su Hijo. Dios a través de este juicio hecho a su Hijo, nos declara justo ante él. Al creer en él. Estamos justificados. Porque el Hijo de Dios, ya vino e hizo su justicia. Su gracia y su Justicia, que se reciben por la fe, al creer en él. Rom 5:1-2.

 

H. La santificación es obra de Jesús.

1. La Santificación del Hijo del Hombre.

Continuando, dice la profecía: Se dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte. Aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. El pueblo de Israel desechó el plan de Dios de salvación. Su diestra ocupó el lugar de malhechores y de impíos, por la rebelión de su pueblo.

 

De igual forma, lo hubiesen matado con honores de rico, si el poderío del Rey David hubiese llegado hasta sus tiempos: Porque igual mataron a sus príncipes y reyes. Hubiesen hecho juicio contra Jesús y le hubiesen tratado como un malhechor, pues desecharon sus palabras. ¡Todo hubiese sido igual con el poderío del Reino, que sin él! Jesús era inocente de los Juicios, igual que muchos pueblos que fueron al exilio. Por la culpabilidad de todos. Pero siempre Dios les indicó que el remanente será salvo.

 

Según la profecía de Isaías nos habla diciendo: Y se dispuso con los impíos su sepultura. Pero con los ricos fue en su muerte. Aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Isa 53:9. Respecto a la profecía. El Hijo del Hombre fue santo. Puesto que nos dice:  A pesar de ocupar el lugar de malhechores, no hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Y cumplió el tiempo de su sacrificio. Jesús habló con su Padre diciéndole: que él se santificaba el mismo. Para que sus discípulos fueran santificados en su verdad. Juan 17:19.

 

De esta misma manera, para que seamos santificados, y recibir en nosotros a su Espíritu Santo. Jesús se santificó, siendo santo. Para santificar en su cuerpo, las enemistades de su pueblo. La imagen y el Nombre de Dios profanado entre los pueblos. Por su pueblo Israel. Ya que somos hechos a su imagen. Ahora somos santificados y transformados en la imagen de su Hijo Jesús. Porque él es el resplandor de su gloria, la imagen y la sustancia de Dios. 2 Cor 3:18; Heb 1:3.

 

I. El sacrificio de Expiación del Hijo de Dios.

1. La Expiación del Hijo de Dios.

Sigue diciéndonos la profecía de Isaías 53:10. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado. Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

 

En este sentido, Jehová es el nombre que se le da a Dios en la profecía de Isaías. Refiriéndose al Padre Eterno. Y de acuerdo a lo mencionado, con todo esto, se refiere: a pesar de Jesús ser inocente. Dios lo sometió a un padecimiento. El plan de Dios en su voluntad tenía que cumplirse en él. Dios lo había trazado y lo cumplió. Lo plantío al primer hombre Adán que a través de la simiente de la mujer habría enemistad. Que saldría herido en el calcañal y el otro en la cabeza.  Un pueblo salió y se dividió en dos. El pueblo de Israel y Judá. Luego se volvieron enemigos. Enemigos de la Cruz y el sufrimiento de Cristo. La cabeza pensante y sabia de un pueblo instruido en la ley. Y otro pueblo pagano que no fue instruido en la ley.

 

Por consiguiente, la ley se le volvió contraria y tropezaron en la piedra que rechazaron los edificadores, ¿quiénes edificaban?, los que construían un plan diferente al de Dios creador. ¿Quiénes? los adversarios de Dios, que hacían planes sin Dios. Que construían y construyen una salvación del hombre sin Dios. ¿A Quiénes hirió Dios en la cabeza? a ellos. Y todavía siguen esperando al Mesías, al salvador del mundo.

 

En este orden de ideas, a los que son hijos de vuestro padre el Diablo, como dijo Jesús. Terminaron hiriendo al Mesías y él les hirió en la cabeza. Porque triunfó sobre ellos. Un pueblo que escogió Dios. Para ser su pueblo, obedeció más al diablo que a él. Pues Dios se volvió también contrario. Y Jesús la piedra que ellos desecharon, fue la cabeza del Ángulo, de todo el edificio de Dios.

 

Jesús vino a ser el cordero, la oveja, trasquilada, siendo la ofrenda para la expiación por el pecado. Cuando lo sometieron a cárcel y lo juzgaron por hacerse pasar como Hijo de Dios. Estaban también sentenciando su condenación, igual estaban preparando la ofrenda única por el pecado. De ellos y del mundo. Ellos estaban preparando la expiación por el pecado. Un sacrificio humano. ¡Y vio Linaje! ¡Porque muchos creyeron en él!

 

Cuando Jesús cumplió la voluntad de Dios. Cuando Dios reposó de toda su obra en Cristo. Fue prosperado todo lo que él hizo. Los apóstoles comenzaron a anunciar el evangelio. Su nombre comenzó a ser conocido por el mundo. Y su fama se extendió en el mundo. 

 

En el contexto de Isaías 53:9, en Isaías 52:10. Les dice el profeta: Jehová desnudó su santo brazo. Ante los ojos de todas las naciones. Y todos los confines de la tierra. Verán la salvación de nuestro Dios. Refiriéndose a la expiación de Jesús.

 

La expiación era el acto solemne que se hacía en el tabernáculo. Para ofrecer un cordero, una oveja. Pura y sin manchas. Macho, como ofrenda por el pecado del pueblo. Esto se hacía una vez al año. Para quitar el pecado del pueblo. Se tenía que ofrecer en sacrificio un cordero o una oveja. Este cordero representaba al Mesías. Quien presentaría de una vez y para siempre esa ofrenda. La ofrenda de su cuerpo en sacrificio por el pecado.

 

Por tal razón, Jesús fue como un cordero en Sacrificio Expiatorio. Por el pecado de su pueblo. Eso fue lo que ellos decidieron al incumplir el pacto de Dios con ellos. El sacrificio y padecimiento del Mesías prometido. Él dispuso colocar su vida, para dar vida. Fue condenado en expiación por el pecado de su pueblo Israel y Judá. Para redimirlos. Así como un cordero. Ya que su pueblo necesitaba un cordero en expiación. Para ser perdonado por su pecado, cada año, según la ley.  Él fue el cordero sacrificado en expiación. Pero de una vez y para siempre. Por el pecado de su pueblo. Isa 53:10; 52:9-10.

 

J. La sabiduría que justificó al hombre.

1. La sabiduría del Hijo de Dios.

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. El fruto de la aflicción de su alma. Significa, que su expiación por el pecado, salvó a la humanidad de la condenación eterna. Libertó al hombre de la esclavitud del pecado. Y nos dio la participación de una nueva naturaleza. La divina. Esto no lo podría hacer ningún hombre, solo el Hijo de Dios.

 

El conocimiento de su palabra, que desconocía su pueblo. Por qué los levitas que él escogió. Para enseñar e instruir a su pueblo. No enseñaron a su pueblo la ley, ni instruyeron a los hombres de su pueblo en sus mandamientos y ordenanzas. Sino torcía el derecho de la palabra y exponían otras ordenanzas. Ordenanzas que Dios no les envió a enseñar. Y sumergieron al pueblo en completa ignorancia.

 

Por la razón mencionada, Jesús por su conocimiento justificó al que no conocía nada de él. A todo un pueblo que creyó. ¿Quién tenía conocimiento de él, de los gentiles? nadie. Pero él lo justificó por su conocimiento.

 

Continuando, el conocimiento que tenía Jesús del plan de Dios Eterno. No lo tenía nunca su pueblo. Porque lo desecharon. Pero Jesús su siervo, si tenía el conocimiento de la justificación a través del único camino, la verdad y la vida que es él. El los justificó, llevó sus iniquidades. Él nos justificó. Su conocimiento nos Justificó. No el plan de los hombres. La ley no justifica. Solo Jesús nos justificó.

 

De acuerdo a lo expuesto, Jesús crecía en conocimiento y sabiduría. Desde los 12 años se encuentra hablando con los doctores de la ley en el templo. Todos se maravillaban de él cuando lo escuchaban. Hablaba con autoridad, no como los maestros de la ley. También Jesús les dijo a sus discípulos: Que le dará palabras de sabiduría, la cual nadie podrá resistir, ni contradecir. Luc 21:15.

 

K. La resurrección del Hijo de Dios para darnos la vida.

1. La Resurrección del Hijo de Dios.

Continúa diciendo la profecía de Isaías: Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo; sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado. Verá linaje. Vivirá por largos días. Y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isa 53:10.

 

En el contexto de Isaías 53:10. En Isaías 52:12. El profeta escribe: Porque no saldrás apresurados, ni irás huyendo. Porque Él irá delante de ustedes. Y los congregará Dios de Israel. En este contexto: Jesús se encuentra caminando con sus discípulos después de resucitado. Y dándoles instrucciones, que sus discípulos se quedaran en Jerusalén, hasta enviar la promesa del Padre. La promesa del Espíritu Santo. Promesa entregada después de Jesús ser Glorificado.

 

Otro contexto. Se encuentra en Isaías 52:15. Y el profeta habla de lo siguiente: Así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca. Porque verán lo que nunca les fue contado. Y entenderán lo que jamás habían oído.

 

Respecto a la resurrección de Jesús, los profetas anunciaron: El Hijo de Dios resucitaría en un cuerpo humano. entre ellos Isaías, Ezequiel y Oseas. Isa 26:19; Ez 37:3; Ose 6:2.

 

Por su parte, Jesús anunció su resurrección. Y estuvo 40 días después de resucitar entre sus discípulos. A quienes apareció varias veces. Dándole instrucciones. Y en los evangelios se encuentran evidencias precisas de la resurrección de Jesús. Entre ellas, el cuerpo de Jesús. Su tumba se encuentra vacía. Y su cuerpo nunca se encontró en esta.

 

L. La Glorificación de Jesús como Hijo de Dios.

1. La Glorificación del Hijo de Dios.

En las Escrituras se habla de la gloria de Dios en el Tabernáculo. Después de haber realizado Moisés todo lo ordenado por Dios. Y haber hecho el acto solemne de Expiación. Luego la gloria de Dios llenó todo el lugar del Tabernáculo. Ex 40:34.

 

En esta razón, Jesús después de haber realizado la Expiación. Y haber resucitado, recibe su gloria de nuevo como era en el principio. El último verso de la profecía dice: Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. Isa 53:12.

 

En este sentido, de acuerdo a la profecía de Isaías. Jesús ora por los transgresores de la ley. Cuando dijo a su Padre: no le tomes en cuenta sus pecados. Porque no saben lo que hacen. Jesús sabía que ellos ignoraban lo que hacían, cuando mataron al Hijo de Dios.

 

De conformidad con el cumplimiento de su voluntad. Dios le dio parte con los grandes. Jesús pide al Padre ser glorificado, con la misma gloria que tenía a su lado. Y fue glorificado. Así Jesús anunció después de resucitar. Que iría al Padre y luego regresó y apareció a sus discípulos. Luego asciende a los cielos, donde es Glorificado. Y está sentado a la diestra de Dios. ¿Quién es más grande que Jesús? Está igualado en la historia con los grandes. Él es el más grande de todos. Y en todas las generaciones ha sido comparado y puesto con los grandes.

 

Luego en su reino. El reino de Dios, será cuando él repartirá su reino como él quiere. Con él se sentarán a reinar patriarcas, reyes, los apóstoles y todo cuanto él escoja.  Quien ha hecho una obra más grande que la que hizo Jesús, de dar su vida por la humanidad, de entregar su vida hasta su muerte, siendo contado como un pecador. Y luego resucitar de los muertos, levantarse como nunca jamás había hecho nadie. El plan excelso de Dios cumplido en Jesús.

 

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